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¿Por qué es importante cuidar mi boca?
Manteniendo sus dientes naturales podrá masticar con mayor comodidad y disfrutar de una mejor digestión. Tendrá una sonrisa sana, complemento natural de su imagen y podrá hablar con mayor comodidad que si llevara prótesis dentales. La correcta higiene oral protege su salud, y le ahorra dinero. Mediante la prevención de sus problemas dentales, sus costes de tratamiento se reducirán drásticamente. El tiempo empleado para ello, le supone alrededor de diez minutos diarios; menos tiempo que afeitarse o maquillarse. Con todos estos beneficios, la correcta higiene oral es parte esencial de una vida saludable.
¿Cuántas veces tengo que ir al dentista?
Es conveniente que visite a su dentista por lo menos una vez al año para un control dental rutinario. El mantenimiento preventivo es la mejor manera de asegurar que sus dientes y encías le duren toda una vida. Como parte de un examen oral rutinario, los dentistas no solo buscan caries, sino que tambien controlaran las encias, la oclusion, problemas de la articulacion y posibles signos de advertencia de otros problemas de salud que aparecen en la boca.
El Cepillado
Para cepillarse los dientes son necesarios dos instrumentos: el cepillo y la pasta. Pero no vale cualquiera, hay que saber elegirlos. "El cepillo debe ser suave o medio en función de las circunstancias de cada persona (nunca recomendamos cepillos duros) y debe estar en buen estado de conservación (Conviene renovarlo cada 6 meses). Los cepillos demasiado duros deben ser desterrados de nuestro neceser por varias razones. Un cepillo con cerdas demasiado duras puede desgastar el esmalte, que tiene una tonalidad blanca, haciéndolo más fino y provocando que se vea la dentina, que está debajo y cuya tonalidad es más amarilla. Además puede dañar las encías provocando su retracción y quedando expuesta la raíz de la pieza dental, lo que puede generar problemas.
Los
cepillos eléctricos podrían ser también una opción, pero no LA opción.
Aconsejamos su uso en casos especiales cuando con el cepillado manual no se consigue un adecuado control de placa o en casos de restauraciones múltiples o aparatos de ortodoncia. En esas circunstancias aconsejaríamos un cepillo eléctrico con sensor de presión y cabezales específicos para cada situación.
La pasta
En cuestión de pasta no sólo importa cuál, también el cuánto. Si nos
fiásemos de los anuncios de la tele cada vez que nos lavásemos los
dientes llenaríamos en cepillo de una buena dosis de dentífrico. Sin
embargo, esto no debería ser así, con un guisante es suficiente. La pasta debe tener
flúor —unicamente en adultos— la presencia de flúor en la superficie dental reduce la solubilidad del
esmalte, dándole mayor dureza y haciéndolo mas resistente a la acción
de los ácidos y por ende a la producción de caries dental.
Frecuencia de cepillado
Lo ideal en higiene bucondental es cepillarse justo después de cada comida pero teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan realizar cinco comidas diarias, esto se antoja bastante imposible. Como mínimo debemos lavarnos los dientes dos veces al día, una después del desayuno y la otra, la más importante, después de la cena. La recomendación es que si sólo se hacen dos cepillados, el segundo debe ser tras el desayuno para que no pasen demasiadas horas sin cepillarse. A partir de más de 10 horas pueden producirse más bacterias en la boca, que son las que producen las caries.
Y si el cepillado de la mañana es importante, más lo es el de la noche. "Durante el sueño se produce menos saliva. La saliva es un componente natural de nuestro organismo que tiene la misión de defender y proteger la boca. Ayuda a proteger de los agentes que pueden atacar el esmalte o provocar enfermedades. Esto se traduciría en una boca menos protegida. Y más si el paciente duerme con la boca abierta o ronca por lo que la placa bacteriana sería más nociva en ese lapso de tiempo,. A todo esto se une que al dormir no hay movimiento de la lengua ni de los labios que contribuyen al llamado mecanismo de autolimpieza. Es por ello que el lavado nocturno resulta imprescindible, que se debe hacer a conciencia utilizando hilo dental, para llegar a los espacios a los que no llega el cepillo y donde se estancan las bacterias que darán paso a las caries, y colutorio, que en ningún caso puede sustituir al cepillado.
No hace falta levantarse de la mesa inmediatamente después de comer el último bocado para irse a lavar los dientes, pero tampoco hay que dejar esperar demasiado tiempo para realizar el proceso. Sólo existe una excepción: "Si la dieta es predominantemente ácida (cítricos, vinagre...), lo ideal sería esperar 30 minutos para lavarnos los dientes y más si la persona sufre hipersensibilidad dentaria". De esta forma se evitaría frotar el ácido contra la dentadura y así evitaríamos repartirlo o por toda la boca e intensificar su efecto nocivo.
Tecnica de cepillado
La duración del cepillado y el método utilizado son claves fundamentales el éxito del proceso. El tiempo de duración es más o menos conocido —de dos a tres minutos—, pero no pasa no lo mismo con el método. La mayoría de la gente se cepilla de forma intuitiva por lo que el resultado final no es el esperado. " El gesto debe ser de la encía hacia la parte exterior del diente por la cara tanto interna como externa y en todos los cuartos de la boca”,. Además hay que tener en cuenta que para realizar una higiene bucal completa no debemos limitarnos a cepillar con esmero los 32 dientes de los que se compone nuestra dentadura adulta, suponiendo que tenemos todas las muelas del juicio, o los 20 de la infancia. También hay que cepillarse las encías y la lengua. "Con el mismo cepillo que los dientes, o con un raspador lingual, barremos la lengua de lo más profunda a la parte exterior para limpiar los restos de comida que pueden acabar produciendo caries",
¿Como se usa la seda dental?
El uso de la seda dental o hilo de seda, es un método efectivo para eliminar los restos de placa bacteriana en los espacios interdentales, donde es muy difícil llegar con el cepillo.
· Corte aproximadamente 50 cm de cinta dental y enrolle la mayor parte en uno de los dedos medios.
· Enrolle el resto de la seda en el mismo dedo de la mano opuesta. Este dedo puede ir recogiendo la seda dental a medida que se va usando.
· Tensar un trozo de unos 2 a 3 cm de seda utilizando los dedos pulgares y los índices.
· Introducir la seda entre los dientes con un suave movimiento de sierra. Cuando la seda llegue al borde de las encías, cúrvela en forma de C contra uno de los dientes y deslícela suavemente en el espacio entre la encía y el diente hasta que se note resistencia. Nunca la aplique violentamente contra las encías.
· Frote la seda contra el diente para eliminar los restos de alimentos y de placa.
· Repita estas operaciones con el resto de los dientes, utilizando un trozo limpio de cinta para cada uno.
Después, cepíllese para eliminar cualquier resto de placa o alimento y enjuáguese con colutorios recomendados por su dentista.
Si le resulta complicado el manejo de la seda, se pueden adquirir en farmacia unos arcos plasticos, que la sujetan y tensan, facilitando el uso.
¿Para qué sirven los cepillos interproximales?
En personas con mayores espacios entre diente y diente, puede sustituirse el uso de la seda dental por un cepillo interproximal, que utilizará pasándolo a través de este espacio de fuera a dentro y viceversa, frotando las caras laterales de los dientes. Si el cepillo interproximal no entra cómodamente, no lo fuerce. Puede ser que el espacio no sea lo suficientemente amplio y deba utilizarse la seda dental.Si tiene alguna duda respecto a su uso, consulte a su dentista o a un miembro de su equipo
La comida importa
Un cuidado completo de los dientes tiene que ir acompañado de una dieta saludable, pero lo más importante es mantener un buen nivel de hidratación. Así se evita que la boca se seque y al mantenerla continuamente hidratada se protegen mejor los dientes, para el que no existen productos milagros en e cuidado de la boca ni tampoco ninguno que haya que prohibir.
Las costumbres de las que no debemos abusar; desde consumir mucho café, te o bebidas azucaradas, enemigos por todos conocidos, a abusar de los alimentos ácidos que pueden erosionar el esmalte y hacer que nuestra boca sea más propensa a padecer caries a largo plazo. Además los caramelos duros, también pueden provocar la rotura de una pieza dental o erosión del esmalte, morder hielo puede sensibilizar los dientes y los alimentos pegajosos que duran demasiado tiempo en nuestra boca pueden dar lugar a la aparición de caries. No se trata de dejar de comer estos productos, sino de lavarse los dientes inmediatamente después de su ingesta.